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Un 11 de septiembre

Nuevos archivos de Nixon y Kissinger revelan que querían evitar la llegada al poder de Salvador Allende

"No podemos permitir que Chile se vaya a las alcantarillas", dijo Kissinger, según material del Archivo Nacional de Seguridad de EE UU

AGENCIAS/ELPAÍS.com - Washington/Madrid - 11/09/2008

35 aniversario del golpe de Estado en Chile

Bombardeo del Palacio de la Moneda, sede de la Presidencia de Gobierno, el 11 de septiembre de 1973.- REUTERS

Un 11 de septiembre de 1973 el presidente chileno Salvador Allende fue derrocado por el golpe de Estado militar encabezado por el general del Ejército Augusto Pinochet, pero dos años antes EE UU ya quería despachar al político socialista, según revelan nuevos documentos difundidos en EE UU.

En el 35 aniversario del golpe de Estado chileno, los documentos del Archivo Nacional de Seguridad de EE UU esclarecen el contexto de aquellos años. Henry Kissinger, asesor de seguridad nacional de EE UU durante el Gobierno de Richard Nixon, inició su campaña contra Allende a los pocos días de que este asumiera su cargo en 1970.

"No podemos permitir que Chile se vaya a las alcantarillas", dijo Kissinger a Jesse Helms, entonces director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). "Estoy con usted", le respondió Helms en la conversación telefónica que ocurrió el 12 de septiembre de 1970 pocos días después de que Allende iniciara su Gobierno.

Los documentos del Archivo Nacional de Seguridad, un instituto independiente de estudios, también incluyen transcripciones de conversaciones que Kissinger sostuvo con el entonces presidente Richard Nixon y su secretario de Estado, William Rogers. Según ese material, ocho días después de la elección de Allende, Kissinger informó a Nixon de que Rogers había recomendado ver qué se podía hacer en el caso del presidente socialista chileno.

Por otra parte, después de que Nixon hablase directamente con Rogers, Kissinger grabó una conversación en la que el secretario de Estado coincidió en que: "debemos, como usted dice, decidir con sangre fría qué hay que hacer y luego hacerlo".

Sin embargo, Rogers advirtió de que lo que se decidiera debía "hacerse de manera discreta para que no resulte contraproducente". Según la trascripción, Rogers también pronosticó que la imagen de Estados Unidos resultaría desfavorecida al tratar de frenar un proceso constitucional en el que, por primera vez, asumía "un presidente comunista" tras una elección democrática.